El conejo blanco de Alicia pasaba
corriendo a los gritos. “No llego, qué tarde estoy llegando… no llego”. Alicia
decidió seguirlo, y cayó en el mundo de las maravillas. Algo parecido le pasó a
Jack Shephard en Lost. Uno de los capítulos se llama “White Rabbit”, claramente
en honor al conejo de Alicia. En ese capítulo, Jack persigue al fantasma de su
padre, sólo para encontrar unas cuevas con agua potable. Básicamente, su conejo
era el fantasma de su padre. En la película Matrix pasa algo parecido. “Estoy
siguiendo mi conejo blanco” es como estar persiguiendo algo con fe ciega, sin
pensar en el fin de la persecución ya que el mismo nunca es atrapar al conejo,
sino más bien en la posibilidad de que seguirlo nos abra nuevas posibilidades
de aventuras o una revelación final de descubrimiento.
Mi conejo blanco es viajar por el mundo.
Sólo sé que salgo de mi casa, me subo a un avión y vuelvo diferente. Cuánto más
exótico sea el viaje, en general, más cosas descubro. Sigo al conejo blanco,
entro en el país de las maravillas y retorno a la realidad, aunque no tal cual
me fui. Me faltan unos días más nada más… y ya estoy escuchando por dentro una
vocecita que me dice “no llego, qué tarde estoy llegando… no llego”.
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